viernes, 4 de marzo de 2016

La memoria es un campo de batalla

Seis años después del asesinato de Humberto (2001), se presentaron los hechos donde un murió un patrullero de la policía, en los predios de la Universidad Nacional. Sin hacer investigaciones ni corroborar los testimonios acerca de lo ocurrido, www.eltiempo.com publicó una noticia en la que se hace referencia a unas supuestas "milicias" urbanas denominadas "Humberto Peña Taylor". 


¿Hasta dónde es cierto lo que escribieron aquí? ¿A que obedece la referencia de este artículo, sobre Humberto Peña Taylor? ¿Qué impacto tiene esta referencia en el imaginario colectivo de los estudiantes de la Universidad Nacional?¿Tiene algo que ver con la recompensa? ¿Quién dio el testimonio?¿es alguna persona vinculada directa o indirectamente a la Nacho?¿por qué relacionan su nombre con actos violentos en el contexto de la protesta de la Nacho?

ME BAJÉ UN TOMBO

Recuparado el 6 de febrero de 2001 en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-656646

Publicación: eltiempo.com; Sección: Bogotá; Fecha de publicación: 5 de febrero de 2001.

Huy!, parcero, me bajé un tombo , dijo el profesor Jairo Augusto González a sus compañeros de revuelta, al referirse a la muerte del patrullero Mauricio Soto en los predios de la Universidad Nacional.
Huy!, parcero, me bajé un tombo , dijo el profesor Jairo Augusto González a sus compañeros de revuelta, al referirse a la muerte del patrullero Mauricio Soto en los predios de la Universidad Nacional.

Según el expediente, el profesor González le contó a una de las jóvenes, quien atestiguó en su contra ante la Fiscalía, cómo lanzó, el 30 de agosto del año pasado, la papa explosiva contra el patrullero de la Policía durante una violenta protesta contra la visita al país del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.

Pille: yo estaba ahí detrás y el hombre me dio la espalda y yo le pegué. Le di con una cinco cinco en la cabeza. - Si se hubieran pillado cómo le volé el casco- , repitió la testigo las palabras del profesor.

La mujer dijo que después, como señal de triunfo, los compañeros chocaron las manos.

Este y otros testimonios, incluyendo los del rector y de estudiantes del colegio donde trabajaba González Moreno, y el de sus compañeros de universidad, tiene como prueba la Fiscalía para mantener tras las rejas al profesor.

González, capturado el 9 de septiembre en su apartamento de la calle 173 con carrera 20, está hoy recluido en la cárcel Modelo, sindicado del homicidio del patrullero.

En su indagatoria, González dijo a la Fiscalía que asistía regularmente a la Universidad a comprar drogas. Sin embargo, tres de sus amigos contaron a los investigadores que el profesor era reconocido en la Nacional como El Guerrero y que, según el expediente, pertenecía a unas llamadas milicias Humberto Peña Taylor.

La tarde del 30 de agosto, cuando se confirmó la muerte del patrullero Soto, un jíbaro identificado como El Sardino , alertó a González. Le dijo: Parce, tenemos que abrirnos, porque esto se puso caliente . En ese momento, el profesor se dio a la fuga y fue grabado por los noticieros de televisión.

Otro testigo, que dijo ser ex miliciano, explicó a la Fiscalía que González era el único encargado de utilizar las cinco cinco (artefactos explosivos especiales, utilizados por los revoltosos) y podían identificarlo por las cicatrices que tiene en la cara.

Pero la prueba contundente que tiene la Fiscalía contra González es el testimonio del mismo rector del colegio de Santandersito, en Cundinamarca. González argumentó en su defensa que el 30 de agosto había estado dictando clases y ocupado con las calificaciones, hasta después del mediodía, y que solo llegó a Bogotá en horas de la tarde.

El rector, Luis Eduardo Barbosa Díaz, declaró que el día del homicidio el docente solicitó permiso para ausentarse después de las 10:45 a.m. La versión fue ratificada por alumnas del establecimiento.

Según la Fiscalía, directivas del plantel explicaron que las notas fueron entregadas por González a sus alumnos dos días antes de la muerte de Soto, el 28 y no el 30 de agosto.

Se conoció, de otro lado, que la Policía suspendió la entrega de los 30 millones de pesos que ofreció de recompensa por la información que permitió la captura del profesor. Aunque González sigue detenido, la Policía dijo, sin embargo, que era necesario esperar que el proceso concluyera.

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